La militancía universitaria, una lógica para la campaña electoral.



En los recientes días, luego del resultado electoral en las PASO, el gobierno de la mandataria Cristina Fernández de Kirchner y los allegados más cercanos, han decidido el cruce tímido de estrategia en la campaña particular del candidato a la gobernación de Buenos Aires: Martin Insaurralde.

Analistas y estrategas compartirán la visión más clásica o más recitada académicamente para referirse a lo acontecido en estos días. Algunos dirán, es la vieja  estrategia delimitada con precisión en las “Analectas" de Confucio y otros, se limitaran a repetir de memoria el concepto de "Triangulación" por Dick Norris.


En ambos, la idea es simple y sencilla: “Consiste en apropiarse de los temas del rival, evitando la confrontación y darles un matiz propio al definir una tercera vía de solución posible. Hay que trabajar y desarrollar soluciones que motivan a los votantes del otro bando, a fin de debilitarlos políticamente.”



 

No faltara en estos días, titulares periodísticos que confirmen la implicancia de estos pensamientos en los análisis sobre el caso, al ver las discusiones sobre el tope de impuesto en Ganancias o al mismísimo candidato establecer un nuevo tema de campaña en su mensaje: la inflación.

No obstante, estamos convencidos que en la mesa chica  o “War Room” como prefieran ustedes, primo una lógica desconocida para algunos intelectuales y no para aquellos militantes universitarios. (Entre los cuales - al muy estilo papa - me incluyo)

Logro imponerse la logíca de la militancía universitaria frente a los técnicos de la consultoría política.  Esta es la primera conclusión que extraigo en el correr de estos días. 



La militancia estudiantil, como en la universidad… solo tiene una semana -Lunes a Viernes de 9 a 21 hs. - para luchar voto a voto por hacerse de las diferentes representaciones de carácter obligatorias o voluntarias. Al gobierno le caben dos meses… nada mal si comparamos la amplitud geográfica en la que se produce la disputa.

Sumergidos en las procelosas aguas del debate incesante en las inmensas filas de las mesas, los militantes conviven con su electorado dentro de un marco de cursada y por tanto, reflejan la tensión de la responsabilidad acerca de lo que proponen o discuten. 

Pero más allá de la descripción anecdotaria, hay una lógica de construcción de mensaje político que prima en la militancia universitaria: la rapidez y la focalización de las elecciones hacen que día a día, independientemente del posicionamiento y de nuestro mensaje, el tema de discusión casi es evaluado a diario en función de las diferentes repercusiones y acontecimientos que suceden.

Es como si existiera una boca de urna al instante acerca de cuáles son los argumentos y los temas que importan en cada carrera en particular y en la universidad en general y ello implica, tener un grupo de militantes bien organizados para la batalla.  Incansables reuniones nocturnas entre los que conducen la agrupación o los diversos frentes y dos o tres semanales para el resto de la tropa. Pues la misma, debe estar descansada para la maratónica jornada que le avecina.

Una férrea disciplina de ubicaciones en las mesas, mensajes y respuestas en cada fila en función de los debates, horarios de comida, revisiones de pasillos y pasada por las aulas. Quien habla, debe estar preparado para todo. Por ello, como bien nos inculcaba el Sargento García: “Cuando hay un incendio las ordenes no se discuten” y evidentemente en esa semana nos jugábamos el todo por el todo.



“Unos piensan y otros ejecutan” – solía comentar un afamado twittero argentino -. Y he aquí el punto central de equiparación de la estrategia adoptada por el gobierno nacional. Los que pensaban debían establecer respuestas inmediatas no solo día a día, sino horas tras horas donde eran muy comunes, afiches y volantes realizados solo para determinadas franjas horarias o cátedras especificas, donde presuponíamos mayor cantidad de votantes a persuadir. 

En términos de campaña políticas establecíamos un "Microtargeting" que daba respuesta inmediata e incluso permitía el cambio de posición al instante si algun tema no favorecia mesa por mesa.Y esto es, precisamente la lógica que está primando en la campaña electoral del gobierno actual. De aquí a estos dos meses se discutirá todo lo que se pueda discutir ya sin importar la estrategia o los delineamientos de los Temas de la campaña. 
Pues… perdido por perdido, el gobierno apuesta a la militancia y a su vieja fórmula para que la derrota  en la prov. sea lo más honrada posible.

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