CFK al desnudo...


A partir del discurso ofrecido por CFK por cadena nacional en el día de hoy, todos los actores políticos (algunos que ya lo han realizado) se ven en condiciones de poder volver, a través de la emisión de sus mensajes, al debate y a la arena política.
Cristina ha decidido hacerlo de manera institucional y ah tomado todos los recaudos necesarios, para hacerlo de modo exitoso. Gran parte del mismo, depende de cómo nos perciban y para ello, nada mejor que la construcción de un relato (storytelling) basado en hecho reales:”La gente quiere historias reales y esta, es una de ellas” -  nos recuerda Sebastian Bertrán Lamas – director de Vab-Consulting.


En este relato, el despliegue estuvo basado en:
Atributos: sensible, natural, dolida, elocuente, agradecida pero fuerte a la vez.
La Voz: El tono fue relajado y mesurado, con pausas entreveradas con una voz a punto de quebrarse, confiriéndole un verdadero momento emocional al discurso presidencial. Evito la monotonía  en el tono y el volumen discursivo,  impidiendo la desconexión.
Las palabras: Utilizo el lenguaje sencillo y hasta diría callejero (en el buen sentido) con palabras fáciles de entender y evitando entrar en explicaciones. Resalto una y otra vez, el agradecimiento y el “todos y para todos”
Lenguaje Corporal: Los movimientos, los gestos y las actitudes, mostraron consonancia con las palabras. Miradas perdidas, al pupitre, al cielo, pero también a cámara…lograban la armonía con el momento épico que se intento transmitir. Quizás, corregiríamos ese mechón sobre el ojo derecho, que la lleva al típico golpe frívolo de cabeza.
Componentes Escénicos: En consonancia con el rango institucional, hablo desde la casa de gobierno y en congruencia con el momento de luto, lo hizo vestida de negro. Priorizo el discurso no leído (como es habitual en ella). Para nuestro gusto, hubiéramos quitado el reloj de oro tan acuciado sobre ese fondo negro.

Pero como toda comunicación además de buscar la conexión, debe ir en consonancia con nuestro contenido político. “Si descubrimos que detrás o debajo del envase con moño, no hay nada, pronto desechamos la oferta. El envase o la imagen, no es mas que el mejor modo de presentar nuestro mensaje y contenido político”. Nos recuerda Sebastian Bertrán lamas.
Por eso, se hizo hincapié en 3 cuestiones políticas fundamentales:

  1. Destacar la actuación de la Juventud: Un guiño a la misma a partir de una mención especial, con referencia a los demás actores políticos. “En la cara de cada joven, lo ví a Néstor” – comento Cristina.  Cabe la duda de la existencia real sin planificar en esta segmentación del mensaje u otras posibles interpretaciones, que invitan a pensar el fuerte empujón al líder (que no es otro que máximo Kirchner, hijo de la mandataria) de la agrupación con mas peso dentro de la juventud justicialista: La Cámpora. O, si solamente es una posible identificación de un target (los jóvenes)  buscado de cara a las próximas elecciones.
  2. Diferencia de etapas: a partir de hacer una clara distinción entre dolor y dificultad, CFK, pretende zanjar de cuajo cualquier pretensión de poner en duda su capacidad de liderazgo para los días venideros, que garanticen la tan apreciada gobernabilidad.
  3. La falta de confrontación: Un discurso claro, concreto pero con algo novedoso: No estuvo signado por ningún elemento de confrontación o reminiscencia de antagonismo. Se apelo al” todos y para todos” como una constante en la tónica discursiva. Hubo como muy pocas veces, una clara ocupación del rol presidencial sin elementos típicos del partido al cual representa.
En definitiva, versan los que saben “Que la mejor comunicación es aquella que no se nota”,  invocando el nombre de la naturalidad, de la espontaneidad y, sobre todo, de la pasión y emoción en el modo de hacerlo. CFK, ah realizado todo de manual. Chapó!

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